HONOR Y GLORIA A LOS CAIDOS Y VETERANOS DE MALVINAS
Los recuerdos hacen grande a nuestro país, porque la memoria ayuda a aprender y comprender el pasado. Aprender del esfuerzo y de la entrega de gente, como nuestros soldados de Malvinas, y es una forma de luchar por nuestra Nación.
Nos encontramos hoy con la firme intención de reafirmar nuestra convicción de que algún día dejaremos de pensar en nuestras Islas Malvinas como un sueño imposible. Este, como cada 2 de abril es un día de evocación y reflexión, muchas cosas nos unen a Malvinas: el derecho, la geografía, la historia, el pasado… no es un capricho argentino reclamar la soberanía sobre ellas, pero la unión definitiva nos la dieron esos argentinos, que dieron el sacrificio más grande en defensa de nuestra patria, dieron la vida por su compañeros, por sus familiares y por cada Argentino que vivió, vive y vivirá en este suelo bendito.
Esta es una historia de usurpación y de arrebato, pero, sobre todo, una herida abierta en el corazón de los argentinos, por quienes murieron por defender ese suelo, para que flameara orgullosa ella, nuestra bandera nacional.
Nuestros héroes de Malvinas merecen un reconocimiento por su entrega y sacrificio. La mejor manera de brindar ese homenaje será seguramente recordarlos hasta el fin de los tiempos, porque en ese recuerdo estarán vivos en el ondear de nuestras banderas, en nuestras calles y plazas, en nuestros campos, en la gente misma.
La argentina reclamo en los foros internacionales nuestra soberanía sobre las islas desde 1833.
Nada hacía pensar que la dictadura más antinacional, entreguista y asesina de la historia que comenzó con la tarea sucia de destruir toda soberanía popular, territorial y patrimonial encabezara una lucha armada en nombre de la patria.
Los argentinos despertamos ese 2 de abril de 1982, con la noticia de que se había emprendido una contienda armada para recuperar las islas Malvinas.
La ocupación de las islas estaba prevista para mediados de 1982 pero la dictadura que se veía en retirada la adelantó con la consecuente improvisación y falta de un correcto análisis internacional de la situación.
El Entonces Presidente Galtieri, considero que los piratas ingleses negociarían una pacífica retirada de las islas Malvinas, y que Estados Unidos se mantendría neutral ante el reclamo argentino.
Así incentivadas por una feroz publicidad miles de personas se acercaron a apoyar la operación militar, la censura prohibió emitir comentario opuesto al gobierno y se prohibió la música en inglés para difundir una imagen nacionalista.
El 1 de mayo, Gran Bretaña inició los bombardeos de puerto argentino, capital de nuestras islas Malvinas, y dos días más tarde hundía el crucero General Belgrano, que se encontraba fuera del área de exclusión fijada por ella misma, causando decenas de muertos y desaparecidos.
Las negociaciones habían fracasado y el gobierno ocultaba información. La prensa argentina informaba que se ganaba la guerra.
El 15 de mayo los soldados británicos profesionales y sus aliados equipados con tecnología de avanzada desembarcaron en Malvinas, donde los esperaba un ejército de jóvenes de 18 años mal equipados y peor alimentados.
Después de una feroz resistencia opuesta por estos jóvenes, que como los jovenes de hoy, tenían sueños, y proyectos, pero que defendieron nuestro suelo Argentino dejando la vida por la patria, el 14 de junio termina el combate de las islas Malvinas. El saldo final del combate fue la reocupación de los tres archipiélagos por parte de los piratas ingleses y la muerte de 649 soldados argentinos.
Pero nunca dejaremos de reclamar lo que nos pertenece, convencidos desde lo más profundo de nuestro ser que las islas Malvinas fueron, son y serán argentinas y así debemos transmitirlo a las nuevas generaciones.
Honor y Gloria a los que dieron su vida, Honor y Gloria a los que volvieron porque nunca los olvidaremos, Honor y Gloria a sus familias, honor y Gloria para todos nosotros.
Nos encontramos hoy con la firme intención de reafirmar nuestra convicción de que algún día dejaremos de pensar en nuestras Islas Malvinas como un sueño imposible. Este, como cada 2 de abril es un día de evocación y reflexión, muchas cosas nos unen a Malvinas: el derecho, la geografía, la historia, el pasado… no es un capricho argentino reclamar la soberanía sobre ellas, pero la unión definitiva nos la dieron esos argentinos, que dieron el sacrificio más grande en defensa de nuestra patria, dieron la vida por su compañeros, por sus familiares y por cada Argentino que vivió, vive y vivirá en este suelo bendito.
Esta es una historia de usurpación y de arrebato, pero, sobre todo, una herida abierta en el corazón de los argentinos, por quienes murieron por defender ese suelo, para que flameara orgullosa ella, nuestra bandera nacional.
Nuestros héroes de Malvinas merecen un reconocimiento por su entrega y sacrificio. La mejor manera de brindar ese homenaje será seguramente recordarlos hasta el fin de los tiempos, porque en ese recuerdo estarán vivos en el ondear de nuestras banderas, en nuestras calles y plazas, en nuestros campos, en la gente misma.
La argentina reclamo en los foros internacionales nuestra soberanía sobre las islas desde 1833.
Nada hacía pensar que la dictadura más antinacional, entreguista y asesina de la historia que comenzó con la tarea sucia de destruir toda soberanía popular, territorial y patrimonial encabezara una lucha armada en nombre de la patria.
Los argentinos despertamos ese 2 de abril de 1982, con la noticia de que se había emprendido una contienda armada para recuperar las islas Malvinas.
La ocupación de las islas estaba prevista para mediados de 1982 pero la dictadura que se veía en retirada la adelantó con la consecuente improvisación y falta de un correcto análisis internacional de la situación.
El Entonces Presidente Galtieri, considero que los piratas ingleses negociarían una pacífica retirada de las islas Malvinas, y que Estados Unidos se mantendría neutral ante el reclamo argentino.
Así incentivadas por una feroz publicidad miles de personas se acercaron a apoyar la operación militar, la censura prohibió emitir comentario opuesto al gobierno y se prohibió la música en inglés para difundir una imagen nacionalista.
El 1 de mayo, Gran Bretaña inició los bombardeos de puerto argentino, capital de nuestras islas Malvinas, y dos días más tarde hundía el crucero General Belgrano, que se encontraba fuera del área de exclusión fijada por ella misma, causando decenas de muertos y desaparecidos.
Las negociaciones habían fracasado y el gobierno ocultaba información. La prensa argentina informaba que se ganaba la guerra.
El 15 de mayo los soldados británicos profesionales y sus aliados equipados con tecnología de avanzada desembarcaron en Malvinas, donde los esperaba un ejército de jóvenes de 18 años mal equipados y peor alimentados.
Después de una feroz resistencia opuesta por estos jóvenes, que como los jovenes de hoy, tenían sueños, y proyectos, pero que defendieron nuestro suelo Argentino dejando la vida por la patria, el 14 de junio termina el combate de las islas Malvinas. El saldo final del combate fue la reocupación de los tres archipiélagos por parte de los piratas ingleses y la muerte de 649 soldados argentinos.
Pero nunca dejaremos de reclamar lo que nos pertenece, convencidos desde lo más profundo de nuestro ser que las islas Malvinas fueron, son y serán argentinas y así debemos transmitirlo a las nuevas generaciones.
Honor y Gloria a los que dieron su vida, Honor y Gloria a los que volvieron porque nunca los olvidaremos, Honor y Gloria a sus familias, honor y Gloria para todos nosotros.